viernes, 16 de agosto de 2013

Finales abiertos...

Hoy he terminado de leer un libro que desde el principio me a engancho y que ha conseguido mantener esa intriga con la que lees y vas mirando impaciente el dorso del libro para saber cuantas páginas te van quedando para descubrir el final que tanto esperas.

¿Cual ha sido mi sorpresa? Cuando todavía creía que me quedaban varias hojas (guiándome por el número de páginas que quedaban en el lado derecho del libro) de repente se ha terminado! se fini! caput! arrivederchi!...

Como odio esos libros.

Hago un llamamiento a los escritores, para pediros por favor que terminéis todos vuestros libros... si... lo sé... que son muchas horas y cuando llega el final os da pereza... a mi también me pasa... pero yo no soy escritora, yo no escribo historias y  las dejo sin final.

En el caso de este libro no hablo de un final abierto en el que la trama ya se ha resuelto y deja a la imaginación del lector el resto, no, en el caso de este libro cuando el protagonista esta a punto de reconocer su mentira y descubrir si con la verdad podrá continuar esa vida que con la mentira había creado, justo en ese momento el libro se ha quedado sin palabras. Igual que yo, sin palabras.

Creo que los finales abiertos tienen que ser sutiles, una herramienta para contentar a todos dónde la historia del libro tiene fin pero tu imaginas el resto.

No desvelaré el titulo del libro para no estropearle el final a nadie... aunque lo conseguirá el escritor.

¿Vosotros que opináis? ¿Finales abiertos o cerrados? 

domingo, 30 de junio de 2013

Una vida entera para escribir mi soneto

Lo complicado y bello de un soneto me recuerda mucho a la vida.
Esa manía de complicar lo sencillo y de hacer fácil lo difícil.

De pequeña me fascinaban los cubos de Rubik, por lo sencillo de su mecanismo y por la habilidad que tenían esos cubos de hacerme desesperar, hasta que descubrí el truco y nunca más se me resistió ninguno.

El truco era con la ayuda de mis uñas ir retirando de una a una y con mucho cuidado cada pegatina que no estaba en el sitio que debía estar e ir acomodándolas cuidadosamente en su debido lugar.

Este truco lo he ido aplicando a lo largo de la vida y os aseguro que funciona, despega y pega tu vida a tu antojo.
Y no tengas miedo de equivocarte, siempre puedes despegar y probar a pegar en otro lado.